Cuando Sancho se despide de su señor, entre lágrimas, alcanza por fin la luz. Entiende que ha de ser él quien prosiga la tarea del hidalgo, prematuramente interrumpida. Esa misma tarde, se prueba sus vestiduras, que cambiarán de dueño pero no de cometido. La loriga, tan vetusta, el abollado espaldar, el sorprendente baci-yelmo, la astillada lanza y la adarga herrumbrosa.…

Durante meses, aquella mujer le mandó cartas apasionadas. No obtuvo respuesta alguna del destinatario. Su amor nunca fue correspondido. Optó entonces por mandarle cartas quejumbrosas, lastimeras, en las que le reprochaba que no tuviera en consideración su pasión hacia él, el sufrimiento que le causaba su silencio. El resultado fue igualmente un ejemplo perfecto de omisión y desprecio sin hacer…

Me miras, te miro. Caracoleas ante mis ojos, coqueta. Te escondes tras esa rama, cerca del fondo. Tu timidez me encandila más cada día. Eres tan hermosa, tan brillante, tan escurridiza… Me gusta jugar a encontrarte, y siempre lo consigo, porque soy paciente. Tú, en cambio, demasiado nerviosa: no puedes parar quieta demasiado tiempo en ningún sitio, siempre en movimiento.…

Durante el interrogatorio del fiscal, aquel hombre manifestó que la había matado por varias razones, que pasó a enumerar con precisión. En primer lugar, por el tiempo que le costó conseguir que fuera suya, cuando todavía no lo era. En segundo lugar, porque, una vez vencida la dificultad, la muy zorra (palabras textuales) se había entregado sin tasa, como una…