MI PALABRERÍO CANALLA (13)

APÓSTATA: Ser humano que, gracias a un esfuerzo de poderosa inteligencia o de férrea voluntad, llega a ser una persona gracias al abandono de la religión en que se hallaba disuelto.
APÓSTOLES: Personajes que, a poco que se escudriñe en los Evangelios, aparecen como una reata de cobardes, de simples, de ignorantes de casi todo, y a los que no obstante, en pago por su fidelidad (muy irregular, por otra parte), se convierte en los maestros más sabios que viera la humanidad, merced a unas lengüecitas divinas de fuego instructor. Y es que no parece serio, oiga, no parece serio.
APRENDER: Única tarea a la que nos deberíamos dedicar en esta vida, además de la del goce, claro es. El óptimo se podría dar cuando ambas labores se pudiesen combinar, aumentando así sus respectivas posibilidades. En fin, soñar no cuesta nada.
ARBITRARIEDAD: Forma en que aplicamos la justicia los humanos en general y los tribunales de justicia en particular.
ARGUMENTOS: Bienes escasos que debieran ser como el carné de identidad de cualquier actividad, de cualquier petición, de cualquier orden. Pero, como ya ha tenido que quedar claro, es un bien que no se encuentra con facilidad, y el pretérito imperfecto del subjuntivo del verbo “deber” tampoco deja demasiadas esperanzas al respecto.
ARIOS: Pertenecientes a un pueblo nórdico con complejo de superioridad que, después de comprobar que eran muy altos, dedujeron la proporcionalidad directa entre altura, méritos e inteligencia. Lo malo es que tal inferencia la hicieron sin saberse el episodio en el que Hermes, a instancias de Zeus, llenó de inteligencia a los hombres. Y, claro, así les ha ido casi siempre. No sin antes dar motivo de muchos disgustos a todos sus vecinos.
ARISTOCRACIA: Vocablo muy prostituido hoy, cuando en su origen designaba en cambio a lo más excelso; hoy, no merece la pena definirlo.
ARMONÍA: Conjunción equilibrada y estimulante de deseo, realidad, economía, sentimientos, ecuanimidad, meteorología. La pera, vamos.
ARQUITECTURA: Intento fallido de imitar a los dioses o a la naturaleza, con el pretexto de cobijar a la gente. No se ha conseguido jamás, pero de tan malas imitaciones han podido surgir edificios maravillosos —unos pocos— y enormes conjuntos de habitáculos meramente prácticos y utilitarios, sin más.
ARRABAL: Cada una de las parcelas marginales de las ciudades donde el transcurso parejo de la muerte y la vida sólo es comparable con la pareja formada por la miseria y la esperanza más paradójica, con la cual también coexiste la primera.

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