MI PALABRERÍO CANALLA (12)

ANTISEMITISMO: Incorrecta forma de nombrar la envidia ancestral que se tiene hacia uno sólo de los pueblos semitas, el hebreo o judío, con exclusión de todos los demás. Tal envidia ha tenido como consecuencia persecuciones y matanzas del pobre hacia el rico, del idiota hacia el inteligente, de los pretendidos poseedores de la verdad hacia los presuntos errados, de los vengadores hacia los ejecutores del pasado, de los insolventes hacia los prestamistas, de los holgazanes a los trabajadores, de las mayorías a las minorías, en definitiva.
ANTROPOFAGIA: Apetencia culinaria por los seres humanos; se trata de una aberración absolutamente incomprensible, dado que al lado de la ternera, la lubina o el faisán (por poner unos breves ejemplos), la carne del hombre y de la mujer resulta en extremo insípida y sin capacidad para adquirir sabores especiales, precisamente porque come carne, y todo el mundo sabe que los carnívoros desarrollan unos músculos de pésimo o insípido sabor.
ANTROPOIDE: Mono antropomorfo que acredita una educación, hábitos y capacidad de aprendizaje mucho más amplios que los del hombre, su primo cercano más lejano.
AÑO: Período de tiempo suficientemente corto y a la vez dilatado, que se considera necesario para que al repetirse las efemérides no dé la impresión de que, en realidad se vive poco, muy poco, y, generalmente, mal.
APARIENCIA: Lo que la mayoría toma por realidad, sin serlo, pero que hace las veces de, dando menos quebraderos de cabeza y requiriendo menos funcionamiento cerebral, lo cual, a su vez, motiva que se tenga una sensación muy curiosa de que se es feliz —cuya naturaleza es, sobra decirlo, aparente—.
APARTHEID: Forma de segregacionismo sudafricano que divide a la gente por tonos de piel: los más oscuros son los más tontos y los más claros son los más listos, y de ello se infieren una serie de privilegios que hacen de la desigualdad un marchamo muy contundente. Esto funcionó durante un tiempo en que realmente era así, hasta que los que eran más oscuros aprendieron a contar y se dieron cuenta de que eran más, bastantes más que los que eran más claros, y obraron en consecuencia.
APETITO: Necesidad que se agudiza de manera progresiva hasta su satisfacción; la causa de dicha progresión no proviene tanto por la escasez del elemento que lo provoca, sino por la dificultad que conlleva a la hora de ser hallado, lo cual exaspera al apetente, pero a la vez que lo cabrea, lo excita, por lo que la satisfacción de la necesidad es doblemente agradable.
APLOMO: Serenidad de quienes se hallan seguros de sí; o, de igual forma, exteriorización convincente de la simulación de idéntico efecto. Produce incontables beneficios prácticos, inquebrantables adhesiones admirativas y un sinfín de estériles envidias, acaso generadoras de injurias murmuradas o explícitas.
APÓCRIFOS: Dícese de todos aquellos libros escritos entre los siglos II y IV que aportaban mucha información sobre la vida de Jesús y su ministerio evangelizador, pero que contrastaba sobremanera con la visión que la Iglesia post-paulina quería dar, por lo que fueron excluidos del canon y considerados fabulosos, supuestos. fingidos o inexactos. La medida debió ser acertada, a tenor de lo que la Iglesia como institución ha venido durando.
APORÍA: Tontería filosófica que tiene que ver con el falso razonamiento y con las vueltas (y beneficios) que se pueden dar alrededor del mismo.

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