LIBROS, TODOS LOS DÍAS

No hoy, sino todos los días, días de libros, libros, libros. De libros que surgen con facilidad, o que se resisten a aparecer; de libros que nos recreen, que nos formen; de libros que nos remuevan, que nos evadan; de libros que nos permitan dialogar, a los que podamos criticar o amar para siempre; de libros que nos muevan a más lecturas tras la inicial, que nos transformen; de libros que nos inspiren, que nos sacudan el interior; de libros que sirvan de espejo, o de esquina inmaterial donde sea grato el refugio. De libros, libros, libros. No hoy, sino todos los días, todos.

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