BONITO TRISTE FINAL

Toda una vida nadando por los siete mares, comiendo sardinas, anchoas y jureles, procreando por doquier, visitando costas y abismos, huyendo de mis enemigos y persiguiendo a mis presas, compitiendo en velocidad con mis primos atunes, para, ahora, acabar en la mesa de una loca de la cocina, que no se conforma con comerme a mí, sino que antes me trocea, me rocía con líquidos, me abrillanta, me coloca frente a una cámara y otro loco me hace fotos y más fotos mientras habla sin parar. Triste destino el mío, en verdad. Menos mal que la cabeza está intacta, y aún me rige…

Deja un comentario