LAS PREGUNTAS DE GREGORY STOCK (24)

Pregunta 64
Usted y una persona a quien ama profundamente se hallan en habitaciones separadas; cada uno tiene un botón cerca. Saben que ambos morirán, a menos que uno de ustedes oprima su botón antes de que transcurran sesenta minutos. Más aún, el primero que oprima el botón salvará a la otra persona, pero morirá de inmediato. ¿Qué cree usted que haría?

Pues éste me parece un argumento excelente para un relato de tipo medio, de unas 8 ó 9 páginas, sí señor. Resume muchos de los temas que me son caros: el amor puesto a prueba, la comprobación de que en una situación extrema es donde los sentimientos “cantan” si son sinceros y si no son sinceros, también, una disyuntiva perentoria con peligro inminente, la muerte, la lucha de contrarios, la verificación de la verosimilitud del amor, y otros etcéteras. Es más que probable que tome esta magnífica idea argumental y la traduzca a un cuento, si me pongo a ello y no me da el canguelo.

Por lo que respecta a la respuesta en sí, debo repetir que mi egoísmo inveterado me motivaría a esperar hasta el último segundo que la otra persona me salvase. Si lo hiciera, la mantendría para siempre en mi memoria con agradecimiento perpetuo y convencido de que el amor puro y sincero existe. Si se cumplieran los cincuenta y nueve minutos y 55 segundos y comprobara que mi amada no había pulsado su botón, con lo cual ella manifestaría idéntico egoísmo que el mío, me defraudaría de tal modo que quedaría a las claras que su amor no era tan intenso y perfecto como ella había manifestado tan alegremente con anterioridad; por ello, no me importaría que desapareciera de mi vida y por tanto, me importaría tres narices que muriese. Pero es que además en este punto se añadirían unas virutas de venganza por no haber hecho lo que yo estaba deseando que hiciese, que es salvarme. Por esa razón añadida, y teniendo la absoluta seguridad de que yo iba a morir igual, no haría nada por salvarla a ella, con lo que ella también moriría. Ambos dejaríamos de existir en justo castigo a nuestro comportamiento mutuo, que sería igual de reprobable, pero como el que juzga al final todo lo referente a mí soy yo, pues prevarico siempre que puedo y dicto sentencias a mi favor con liberalidad y sin tino. De modo que ahí queda eso.

Pd/ Los textos que responden a las cuestiones formuladas en El libro de las preguntas de Gregory Stock, fueron creados entre 1998 y 1999

2 Comentarios

  • Sasi
    Posted 20 de febrero de 2021 19:18 0Likes

    Joer!! Este tío estaba muy aburrido para pensar estas cosas no???

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