Aunque tenemos una idea de magnificencia de los palacios musulmanes, acaso influidos por los relatos de Las mil y una noches, y por la popularidad del Taj Mahal (que es una riquísima excepción), lo cierto es que el arte islámico era más un arte de apariencias, que de realidades. Se trata de un arte que muestra riqueza y exuberancia, pero…