El niño se tapa la cara y los ojos con las manos. “Ya no estoy”, piensa. Pero nota que nadie le hace caso, que todos siguen a lo suyo, y que hay un silencio que lo remueve todo. Abre los dedos, y a través de ellos ve a su familia con unos cuantos amigos, pero casi nadie habla. Sólo gestos…
Durante apenas un instante, alzó la vista al cielo. Buscó en su memoria una oración cristiana de sus tiempos mozos. No pudo recordar ninguna. Culebreó por su cuerpo la sensación del llanto, que trató de contener, poseído de una inexplicable vergüenza. Pese al ímprobo esfuerzo por mirar al frente con orgullo, sin un pestañeo, al final dos lágrimas le recorrieron…
De la depresión más humillante pasó a la euforia más extrema. Del aire del ventilador, extrajo brisas insulares; de su calefacción a gas, la caricia del sol en la piel tostada; del ruido del ascensor, música de acordes perfectos. Pasó varios días sin comer, y bebiendo apenas unos sorbos. Lo que sentía le bastaba. Los recuerdos fueron clasificados, reordenados, jerarquizados.…
A nadie respeto, es verdad. Siempre ha sido el reproche que me han arrojado quienes han alcanzado categoría social, fama, dineros. Pero, por contra, quienes padecieron en vida los rigores de la injusticia, la desigualdad y el abuso, sonreían en el último momento, sabedores de que sus opresores correrían igual suerte, a mi lado. Soy la gran igualadora, la única…
No sé cómo alejar de mí esta sensación de pesar constante, de perenne culpabilidad. Soy consciente de que entendí sin problemas cuanto me dijeron sobre aquella biblioteca medieval. Me acuerdo perfectamente de las palabras de aquella docta guía que nos habló de los famosos códices, sellados durante siglos, de los tipos de encuadernación, de la forma especial de guardarse, del…
Sin apenas darte cuenta, contemplaste la escena que tenía lugar ante ti, y pudiste comprobar que aquel día no serías el protagonista y que nadie iba a acariciarte el pelo, ni te haría ninguna carantoña, ni pondría tus muchas cualidades como muestra de la sabia elección de tus amos. Con tu dueña ya amortajada, tus ojillos lo interrogaban todo sin…