Al perenne gesto del cocinero glotón no le afecta el paso de los años, ni las inclemencias del tiempo, ni siquiera la desconsideración de su dueño, que hace tiempo que dejó de cuidarlo, aunque siga sirviendo para lo que se lo creó, de reclamo publicitario. Ajado y descolorido, al cocinero tragaldabas no le importa nada, porque sabe que cuando terminen…
La madre sabe que el imponente cocodrilo de bronce con extremidades antropomorfas no se va a mover de donde está. Pero la niña no distingue ese detalle, y no está convencida del todo. A pesar de que sabe que su madre le ha permitido bajar al canal de agua donde se encuentra, y que por ello no puede haber un…
—Te lo tengo dicho, cielo, no te asomes tanto al borde, que ya sabes lo que puede pasar, que hace unos meses, perdimos a tu hermano mayor por una tontería parecida; además, ahí abajo no hay nada que te convenga, sólo hay hierba (que aún no comes), un sendero (por el que no circulamos) y humanos, como ésos de ahí…
—Pero ¿de verdad estás seguro de lo que dices? —Pues claro. De muy buena tinta lo sé. —¿Entonces…? —Sí, tal como te dije. —Estamos apañados, pues. —Desde luego, nuestros días están contados. —¿Y los de ella? —Son los suyos los que están contados realmente, y, como consecuencia, los nuestros. —Tan sana que parecía… —Para que te fíes de las apariencias.…
Existe en La Coruña un pulpo extraño. No predice los resultados deportivos, ni tampoco sirve para ser paladeado en compañía de cachelos y buen ribeiro. Es un pulpo que huyó de las profundidades y alguien con buen ojo le propuso transformarlo en una escultura popular, a lo que el animal accedió de inmediato, a cambio de no tener que huir…
La niña pequeña jugaba en la sillita. Pero llegó su hermana y la echó. Primero, lo intentó con zalemas. Luego, ante la resistencia, con empujones. La cría, con gran disgusto, se fue llorando hasta donde se hallaban sus padres, en una terraza a pocos metros del centro de la plaza. Ni su padre ni su madre le hicieron caso alguno,…
Vaya por delante que yo no conocí a Georges Berr. Pero hubo quien me contó su historia. Fue su mujer, en el sur, en un pueblecito costero muy turístico llamado Palavas-les-Flots, al lado de Montpellier. Lo recordaba con tristeza, pero también con orgullo. Murió muy joven. Vivió poco, pero cada día con mucha intensidad. Lo aseguraba ella, que lo conoció…
Por los corredores del claustro, los monjes transitan pausadamente, mientras leen. Alguno piensa, aunque sabe que a determinadas horas no está permitido. Pero piensa. Las galerías del claustro son recorridas un número infinito de veces, como se rezan las jaculatorias o los mantras, para que con la repetición las mentes vuelen, se abstraigan, se purifiquen. Pero ese monje piensa y…
—Jo, me dijeron que ya era la última de estas vacaciones. —Pues a mí mi madre me dijo lo mismo. —Se pusieron de acuerdo, seguro. —Segurísimo, vamos. —Fíjate, tú. —Claro, si no, ¿cómo iban a coincidir en algo tan tonto? —Bueno, tonto, tonto… —Bien tonto, ya te digo. Por unas piruletas… —Sí, sí, pero me dijo mi padre que se…
La barbuda bicha observa a la feroz leona con cierta expresión de displicencia, de superioridad; también con cierta envidia. La edad le permite sentirse por encima de su compañera; es algo mayor. Las crearon para lo mismo, para servir de guardianas de tumbas de personajes relevantes. Pero la bicha deplora que su creador no le proporcionara una apariencia más agresiva,…