Hombre de mediana edad. Vestido con corrección y sin suciedad aparente. Con una mochila y un petate más pequeño por todo equipaje. Con lentes. Calzado de monte, cómodo. Y un libro grueso de tapa blanda entre las manos. Ante la mochila, un cartel que solicita ayuda. Y algunas monedas cosechadas desde que se sentara, hace rato, imaginamos. Mientras aguarda, hojea…
Apartado de todo, el jinete ordena a su montura acelerar la marcha. Tras el paso corto, el trote, y luego, ya al final, un galope rápido y más prolongado. Ajeno a todas las preocupaciones de su casa, subido a una atalaya que el ser humano supo apreciar desde época inmemorial, todo se ve distinto, a otra altura, con otras dimensiones.…
Agachado en la orilla, el niño juega en la playa, ajeno a todo. La inmensidad del mar, la inclinación de la luz, los problemas que le rodean, el oleaje continuo, todo ello, nada le dice. Acaso, como aquel a quien interpeló Agustín de Hipona, pretende introducir todo el agua del mar en un agujero excavado en la arena mojada, y…
El chico, como otros en su misma acera, no mendigaba en el sentido habitual del término. Ofrecía su música a cambio de unas monedas (o de algún billete, que alguno caía de cuando en vez). De modo que ni su actitud ni su cometido parecían los de un mendigo. A sus ojos, estaría trabajando. Con un horario regular, pero sin…
Mientras revisaba carpetas para colocar una foto que pudiera ser incluida un primero de año, recalé en este señor que, muy de mañana, leía enfrente de su puesto de artesanía, al brillo rasante de un sol estival. Lo hacía con mucha pausa, y apenas sin moverse. En el rato que estuve mirándolo, no levantó la mirada para ver si alguien…
Aquí parece evidente que hay cuatro chicos que están muy “enchufados”, muy “en conexión”, muy integrados dijéramos, y uno que no lo está, que está con la mente en otro lugar, que no posee un móvil con el que poder extender su pensamiento más allá de su cuerpo, como si estuviera desplazado mentalmente, además de ya estarlo físicamente en el…
Tras recorrer las diferentes estancias del monasterio, el turista está agotado. Demasiada belleza junta, casi sin descanso. Una iglesia sobria, pero repleta de luz. Una sala capitular algo oscura, con bóvedas a baja altura y sólidas columnas. Un refectorio espacioso, cuyas baldosas aún brillan al sol de la tarde. Unos dormitorios austeros, como marca la regla de la orden. Y,…
Ahí lo tienen. Agazapado. Oculto. Tal vez pensando en su hipoteca, acaso añorando un poco más de abrigo, o puede que sudando y deseando tomarse un buen trago fresco. Pero de momento, ahí se encuentra, en mitad de la calle, bien flanqueado de transeúntes sorprendidos que, una vez identificado el truco, se sonríen y arrojan algunas monedas, a veces con…
Otro día igual. Y eso que ayer le dije que hoy me dejarían estar más rato. Pero claro, ella nunca me contesta. Sólo me mira a veces, muy seria. Y no sé si le caigo mal o no quiere que esté. Como no me habla… Pero es que es tan, tan guapa. Y con ese bikini oscuro que hace que…
Admitámoslo. La foto no salió como yo quería. Tratándose de robados, los “inconvenientes” de los espontáneos aparecen con frecuencia, porque uno se concentra casi en exclusiva en el objeto a fotografiar y descuida el resto (a veces, con riesgos procelosos, como contaré otro día). Y entonces, cuando uno cree que tiene el encuadre, que la acción del sujeto es la…