La sensación de que podía con todo aquello de lo que me encargara, aunque me sobrepasara por tiempo excesivo, falta de aptitudes o por intentar abarcar más e lo que alcanzaban mis fuerzas, me acompañó todo mi primer curso. Así, como ya apunté, realicé una extraescolar de iniciación a la fotografía (que me procuró muy íntimas suculencias) y me encargué…